Una persona con ostomía (ya sea colostomía, ileostomía o urostomía) necesita una alimentación que favorezca la digestión, minimice los riesgos de obstrucción intestinal y ayude a mantener un buen equilibrio de líquidos y nutrientes. La dieta puede variar según el tipo de ostomía y las recomendaciones del médico o nutricionista, pero en general, se deben seguir algunas pautas comunes:
1. Introducción gradual de alimentos:
- Después de la cirugía, es importante seguir una dieta suave y fácil de digerir durante las primeras semanas. A medida que la persona se va adaptando, se pueden ir incorporando alimentos más sólidos y con mayor fibra.
- Evitar alimentos que puedan causar molestias inmediatas o dificultades en la digestión, como los alimentos muy grasos o fritos.
2. Evitar alimentos que causan gases y mal olor:
Algunas personas con ostomía tienen mayor sensibilidad a ciertos alimentos que pueden causar gases o mal olor en la bolsa de ostomía. Los alimentos más comunes incluyen:
- Brócoli, coles, cebollas, ajos, frijoles, coliflor, repollo.
- Alimentos picantes.
- Lácteos, especialmente si se tiene intolerancia a la lactosa.
3. Comer en pequeñas cantidades y con regularidad:
- Es recomendable comer porciones pequeñas varias veces al día (4-6 comidas) para evitar sobrecargar el sistema digestivo y reducir el riesgo de obstrucciones.
- Comer despacio, masticar bien los alimentos y evitar hablar demasiado durante las comidas ayuda a la digestión.
4. Aumentar la ingesta de líquidos:
Las personas con ostomía, especialmente las que tienen una ileostomía, pueden perder más líquidos y electrolitos debido a la mayor eliminación de heces líquidas. Es fundamental beber suficientes líquidos a lo largo del día, incluyendo agua, caldos, jugos naturales y bebidas deportivas bajas en azúcar.